miércoles, 11 de enero de 2012


En tu mirada, el sufrimiento.
En tus ojos, una súplica.
Tu voz está callada,
¡háblame!¡Oh...! penuria...
Lanza tu voz al aire,
regresan las lágrimas al río,
por fin estás calmado,
¡Oh...! pequeño lirio...
                                        

¡Por fín! Ojos, ventanas del alma, os encuentro.
Poseedores de la luz del mundo de sombras.
¡Abríos! E iluminad el camino que andar debo para veros de nuevo.